Por: Pablo Ramos
Infinidad de acontecimientos ocurrieron en la ocupación de la ciudad de Monterrey en aquel Septiembre de 1846, un hecho muy olvidado por Monterrey es el ocurrido a una enigmática y olvidada regiomontana quien ayudando a los heridos de ambos ejercito murió por una cobarde bala,esta noticia verdadera fue enviada a EU y difundida en Octubre de 1846, con el tiempo se compondria varias canciones entre ellas la MAID OF MONTEREY que narra estos dolorosos hechos, veamos como se desarrollo esta noticia.
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NOTICIA PERIODISTICA SOBRE LA MUCHACHA DE MONTERREY
Por H. S Smith 1892 “Mientras yo estaba detenido junto con nuestra ala izquierda en uno de los fuertes, la tarde del 21 (de septiembre de 1846), vi a una mexicana atareada en la faena de llevar pan y agua a los heridos de ambos ejércitos. Vi a este atento ángel levantar la cabeza de un herido, darle agua y alimento y entonces cuidadosamente vendar su horrible herida con un pañuelo que sacó de su propia cabeza. Después de haber agotado sus provisiones, volvió a su casa para traer más agua y pan para otros. Mientras corría en su misión compasiva para reconfortar a otros heridos, oí el estallido de un arma y ¡vi a la pobre e inocente criatura caer muerta! Pienso que fue un disparo accidental el que la alcanzó.
No quisiera pensar de otra manera. Me causó mucho pesar y dándome la vuelta hacia el sitio, involuntariamente alcé mis ojos al cielo y pensé ¿Y s esto la guerra? Pasando por ese lugar al día siguiente, vi su cuerpo tendido allí, con el pan a su lado y el guaje quebrado con unas cuantas gotas de agua dentro de él – señal de su quehacer. La sepultamos y mientras cavábamos su tumba, volaron unas cuantas bombas de cañón entorno nuestro como saludos.”*******************************************
"While I was stationed with our left wing in one of the forts, on the evening of the 21st, I saw a Mexican woman busily engaged in carrying bread and water to the wounded men of both armies. I saw this ministering angel raise the head of a wounded man, give him water and food, and then carefully bind up his ghastly wound with a handkerchief she took from her own head. After having exhausted her supplies, she went back to her house to get more bread and water for others. As she was returning on her mission of mercy, to comfort other wounded persons, I heard the report of a gun, and saw the poor innocent creature fall dead! I think it was an accidental shot that struck her. I would not be willing to believe otherwise. It made me sick at heart, and turning from the scene, I involuntarily raised my eyes towards heaven, and thought, and is this war? Passing the spot the next day, I saw her body still lying there, with the bread by her side, and the broken gourd with a few drops of water still in it—emblems of her errand. We buried her, and while we were digging her grave, cannon-balls flew around us like hail."
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CANCION QUE HABLA DE LA MUCHACHA DE MONTERREY 1846 THE MAID OF MONTERREY
Por: J.G.. Hewitt
The moon was shining brightly Upon the battle plain; The gentle breeze fanned lightly The features of the slain. Our guns had hushed their thundering, Our drums in silence lay; Then came the señorita, The Maid of Monterrey. She cast a look of anguish On dying and on dead; Her lap she made a pillow For those who groaned and bled; And when our bugles sounded Just at the break of day, All blessed the señorita, The Maid of Monterrey. She gave the thirsty water, She dressed the bleeding wound; Her gentle prayer she uttered For those who groaned around. And when the dying soldier One brief prayer did pray, He blessed the señorita, The Maid of Monterrey. Although she loved her nation And prayed that it might live, Yet for the dying foeman She had a tear to give. Then cheers to that bright beauty Who drove death's pangs away, The meek-eyed señorita, The Maid of Monterrey.
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La Muchacha de Monterrey
Resplandecía la brillante luna Sobre el campo de batalla. La suave brisa acariciaba con dulzura Las facciones de los muertos. Los cañones no lanzaban más sus truenos, El tambor yacía en silencio, Cuando llegó la señorita, La muchacha de Monterrey. Lanzó una mirada de angustia Sobre los moribundos y los muertos. Hizo de su regazo una almohada Para quienes gemían y sangraban. Y cuando el soldado moribundo Rogó por ver la luz, Bendijo a la señorita, La muchacha de Monterrey Ella dio, al sediento, agua. Y vendó las heridas ensangrentadas. Pronunció una suave plegaria Para quienes miraba a su alrededor. Y cuando sonó el clarín, Justo al caer el día Bendijimos a la señorita, La Muchacha de Monterrey Porque, aunque ella amaba a su nación, Y rezaba por que pudiese vivir, Aún por los enemigos moribundos Tenía una lágrima por dar. Entonces hurras para esa brillante belleza Que alejó el aguijón de la muerte: La señorita de ojos serenos, La muchacha de Monterrey
VISITA MONTERREY, TIERRA DE HISTORIA Y TRADICION. 2015 AÑO DE LA CIUDAD HEROICA DE MONTERREY DE 1846.