Por: Pablo Ramos
La Batalla de Monterrey había concluido la mañana del 24 de Septiembre, las comunicaciones escritas entre ambos ejercitos había comenzado, se pusieron de acuerdo sobre los términos de la Capitulación de Monterrey y el 25 de Septiembre se realizaron honores a la Bandera Mexicana en la Ciudadela como se había Acordado,y en los días siguientes del 26 de septiembre empezaron a salir el ejercito Mexicano de la Ciudad, junto con el ejercito mexicano en ruta hacia Saltillo en Coahuila y San Luis Potosi, salieron mas de 200 heridos que podrían desplazarse y mas de la mitad de la población de la Ciudad, hiban tristes y temerosos por sus bienes que dejaban, sus casas fueron ocupadas por el ejercito Americano,de la población que se quedo, junto con las autoridades regiomontanas, existía gran confusión, ya que la ciudad presentaba un estado lastimoso, las calles con infinidad de muertos semienterrados, y con olor nauseabundo, las paredes de las casas destruidas, las puertas y ventanas derrumbadas, y las huertas inservibles o arrazadas, las acequias y aguas contaminadas, todo era destrucción y tristeza a la otora pacifica Ciudad de Monterrey, sus autoridades convivieron por mas de 24 meses con militares americanos donde hubo infinidad de incidentes, abuso para civiles y saqueos de la ciudad, dejemos que los testigos de estos hechos hablen:
“Dos Obuses y un cañon para balas de tres kilos estaba colocada en una azotea de un edificio cerca de la plaza mayor por los americanos, listos para derrumbar los muros entre ellos y el enemigo,y para verter un fuego continuo hasta las masas sólidas de seres humanos(regiomontanos) que se habían congregado en la gran plaza de la ciudad”
“Uno de los proyectiles pego una de las alas de la esplendorosa Catedral ,destruyendo piedra y Argamasa luego rebotándose cayo y estallo entre una masa de seres Humanos, despedazando a muchos, hiriendo a otros ,matando caballos y haciendo que todos quienes atestiguaron sus efectos se volvieran pálidos de terror”
“ El General Ampudia cuyo cuartel General estaba en la plaza, pensó que un proyectil mas preciso podría penetrar el formidable almacén y hacer volar la Catedral y sus altares desacrados cayendo no solo encima de la soldadesca sino también sobre las cabezas de miles de mujeres y niños inocentes, estando ,los ciudadanos con mucha tristeza, la negación del General Taylor a permitir la petición del gobernador civil de dejarlos salir había evocado todas las historias de las crueldades de las tropas estadounidenses y de los temidos Texanos”
“Irrumpieron en las casas cerca de la plaza principal, entraron a os jardines, derrumbaron las paredes, y aparecieron en las azoteas”
“Fue un espectáculo terrible aun comparado con todo lo que se había atestiguado en los dos dias de la sangrienta Batalla de Monterrey, los Texanos comandados por el General Lamar, irrumpían en las casas cerradas, trepaban las paredes y aparecían en las azoteas, en donde quiera que un Mexicano aparecía el fuego mortífero del rifle lo tumbaba”
“A lo largo de las calles donde un extremo a otro se vertía un fuego , los texanos escogían una casa unos cuantos de ellos armados con hachas pesadas se lanzaban con una fuerza concentrada a la puerta y con un golpe unido la derrumbaban luego en el hoyo se precipitaban los demás, el enemigo invasor estaba en el corazón de la ciudad destruyendo sus partes vitales, las casas selladas se habrían de repente llenos de mexicanos( regiomontanos), ah menudo amontonados en masa y mezclados con sus propios soldados
Los gritos agudos de terror de los mexicanos(Regiomontanos) a veces se podía distinguir por encima del estrépito de la Batalla, MUJERES Y NIÑOS INDEFENSOS a menudo eran presa de llanto”
“Cuando la bandera de las Barras y las estrellas se coloco en los fortines tomados, los Soldados Mexicanos con Humillación evidente con la Mirada abatida y paso titubiante, abandono su fortaleza, en los rostros de muchos se notaba una mirada de amargura en los de alguno la de la tristeza, mientras en los ojos oscuros de la sangre azteca brillaba el deseo profundo de la Venganza”
“la ciudad de Monterrey mostraba en los edificios la evidencia del severo combate que había antecedido la rendición y ahora ya pasado el calor de la Batalla la gente miraba con pavor, los charcos de sangre coagulada y las paredes ensangrentadas, algunos ciudadanos de la clase alta parecían tratar de comportarse como si estuvieran contentos pero en general tenían apariencia de luto.”
“Muchos ricos llevaban crepe en la cabeza, y las damas(regiomontanas) parecían monjas pasando por las calles donde había pestilencia. Los soldados de ambos ejércitos se encontraban y se saludaban forzadamente, aunque con cortesía. Sonrisas de triunfo mal disimuladas iluminaban los rostros de muchos americanos curtidos por la intemperie, que contrastaba con las caras morenas y tristes de los Mexicanos( regiomontanos).”
“Los mexicanos(regiomontanos) corrían de un lado a otro ocupados en restablecer el orden de sus casas, otros empacando sus muebles como si tuvieran prisa por salir. Todo era triste el resultado de la lucha fue tan inesperado, la gente se había sentido segura en todo momento, las derrotas del ejercito americano eran contadas en su historia, y se había creído que el pequeño ejercito de Taylor se iba a desgastar en el intento hasta para sitiar la ciudad.
Los tres dias después de la toma de la ciudad fueron utilizadas por los mexicanos( regiomontanos) para abandonar (Monterrey) , la gran cantidad de gente que continuamente pasaba por las calles fue objeto de comentario universal y junto con la fuerza de las fortificaciones que había abandonado, parecía incomprensible que la ciudad se hubiera rendido.”
“El General Ampudia salió a la cabeza de la segunda división, acompañado por el General Bailie Peyton. Por el mayor Scott, los tenientes, Deas, Hanson, Robinson, Y Mclaws,
Todos, montados junto al comandante de la División. Los soldados(Mexicanos) formados de cuatro en fondo, incluyendo las tres piezas de artillería, formaban una línea de mas de un kilómetro y medio. En la retaguardia venían la mas rara de las mezcolanza de seguidores del campamento, juventud y vejez, belleza y fealdad, burros y perros, harapos y galas, todo mezclado en una rara confusión que indicaba la indisciplina del ejercito Mexicano.”
“Cuando salieron los Mexicanos( regiomontanos) el GENERAL Worth, asumió el cargo de Gobernador de Monterrey y estableció su cuartel en la plaza principal ( Zaragoza). Pronto siguió la rutina solo en los hospitales o en las tumbas tuvieron lugar escenas que afectaron el corazón o suscitaron fuertes emociones.”
Estos relatos narran las difícil situación que paso la población civil por el hostigamiento a su ciudad del ejercito americano en los días sangrientos del 21 al 23 de Septiembre de 1846, los destrozos y desmanes a que se enfrentaron, de las bajas de civiles no se sabe a cabalidad en la actualidad, los archivos Municipales y Estatales asi como el de la Nacion estan a la espera de que se busque esta y otras respuestas de este olvidado periodo historico del Estado de Nuevo Leon y de Monterrey.