jueves, 30 de junio de 2016

LA CIUDAD DE MONTERREY EN 1846



Autor: Dr. Pablo Ramos Benitez

 La ciudad de las Montañas como es conocida la ciudad de Monterrey es una ciudad enmarcada por sus cerros y que ha encantado a los viajeros que la visitan, desde la Hija de Moctezuma que visito la ciudad con el Cerro con "cara de Mujer" llamado así al cerro de la silla por los indígenas anteriores a la fundación de 1596, ya Payno el contemporáneo de Don Guillermo Prieto, mencionaba que era una de las mas hermosas poblaciones, con sus huertas de caña y naranjas y granadas, así como por el Rió de Santa Catarina al sur y el Rió de Santa Lucia al Norte donde se podía pescar camarones de buen tamaño ahora solo queda por la calle de Allende y Juan I Ramón, lo que fue la depresión de sus arroyos hasta unirse con el Ojo grande que salía de la Calle de Zaragoza así junto con sus Árboles que a orillas del Rió de Santa Lucia en todo su trayecto hasta unirse al de Santa Catarina a nivel de la Calle Félix U Gómez, esta Ciudad que en 1846 contaba con 13,500 habitantes y que con anterioridad fue poco su crecimiento ya que los indios de la Región Asolaba a los habitantes, sus limpias calles que rodeaban la plaza grande actual Zaragoza eran un orgullo para los Montereyenos que incluso los soldados americanos en la Invasión del 46 admiraban sus empedrados que ni sus ciudades tenían, otro de sus encantos eran los Fandangos o bailes que se llevaban a cabo en esta pequeña población donde las familias mas adineradas tenían la oportunidad de lucir sus prendas y conquistar a algún galán, la ida a Catedral era parte de su religiosidad, el olor a azahares al llegar a la ciudad desde el camino a Marín al Norte de la Ciudad era signo que ya se estaba en la ciudad sus grandes maizales en el lado Norte del Rió de Santa Lucia llenaba de verdor la agreste terreno en los días dolorosos de la invasión al pacifico pueblo de Monterrey, pero sobretodo lo que mas llamaba la atención a los voluntarios y oficiales del ejercito de Ocupación era las Bellas Mujeres Regiomontanas uno de ellos Samuel Reíd cuenta que el día 22 de Septiembre en el camino al Saltillo por el rumbo del Rancho de San Jerónimo en el primer día de lucha contra los regiomontanos una bella dama ama de casa estaba en una de los jacales que estaban en el camino y los soldados se cubrieron debajo del jacal y observaron como esta ama de casa preparaba los alimentos para su familia compuesta de su esposo y dos hijos, y al observar a los soldados Americanos les ofreció algo de comida y agua que agradecieron infinitamente ya que estaban completamente mojados por la lluvia que caía en abundancia, era a decir de este Ranger de Texas una bella mujer de 20 años color claro y ojos grandes con una voz angelical y una bondad que los sorprendió ya que a pesar que les causaban incomodidades y les estaban invadiendo a su país la bondad de esta regiomontana era un símbolo de sus valores y principios de humanidad, esa misma noche los voluntarios y soldados americanos Tomarían la segunda montaña donde se encontraba el fuerte de Obispado y la colina de la independencia donde los soldados y oficiales Mexicanos estaban defendiendo a la Ciudad, al mando del Comandante Francisco Berra que aguanto con valor y coraje los embates del ejercito de ocupación el día 22 de Septiembre de 1846, ocasionando varios muertos y heridos de ambos bandos hasta penetrar al Palacio del Obispado, derribando sus puertas y tomándolo a las 2 de la tarde de ese dia, este mismo soldado cuenta que se bajo la bandera Mexicana y se coloco la de las Barras y las Estrellas Reíd cuenta que nunca mas llamo a un mexicano cobarde por lo que observo de valor en los mexicanos que defendían este punto, Es en este punto que a decir del periodista Luis R. Rodríguez en las memorias de la compañía de A. Blanchard de los voluntarios de Louisiana que se encontró en los patios del obispado a una mujer hermosa, blanca de ojos negros que lo miraba con un profundo odio ya que en sus brazos se encontraba un oficial Mexicano Herido en el cuello, ella le coloco un paño para controlarle la hemorragia pero fue inútil, ella se observo que bajo del cerro con rumbo al rió de Santa Catarina, al preguntarle quien era caminaba desorientada, un prisionero Mexicano dijo que era Maria Dosamaints(Dosamantes)?? la misteriosa y desconocida Maria de Jesús Dosamantes honrada por los Americanos como la Juana de Arco Mexicana, no se sabe, esta Ciudad de bellas casas y hermosos jardines como la del General y futuro presidente de México Mariano Arista en la Calle de Hidalgo, futuro hospital de heridos Americano, eran una fortaleza por sus altos techos y bordes que servían para que los regiomontanos se subieran a sus azoteas y ocasionaban innumerables bajas al ejercito invasor que se dirigía al centro de la ciudad por la calla de Morelos y la Calle de Hidalgo,Este bello y enigmático periodo de la historia Regiomontana estudiado por el Maestro Miguel A González Quiroga, el periodista y difusor de la historia Amhed Valtier Mosqueda el investigador y bibliotecario de la capilla alfonsina Raúl Martines Salazar, el Coordinador del Archivo del Estado Cesar Morado y Jesús Ávila, el historiador Eduardo Cazares del Museo Metropolitano de Monterrey, la investigadora Sra. Bertha Villarreal de Benavides(+),el Maestro y Cronista de la Ciudad de Monterrey Israel Cavazos Garza e infinidad de cronistas e historiadores que nos motivan a los aficionados a la Historia a rescatar y buscar en los archivos de la Ciudad y el Estado la Memoria de esta y otros sucesos ocurridos en la Ciudad así que felicitémonos por contar con estos investigadores de la historia de la ciudad del Conocimiento y busquemos sus consejos y ájala que en el próximo aniversario de esta olvidada Batalla de Monterrey nos organicemos para recorrer los sitios históricos de esta Heroica Batalla de Monterrey y olvidar los recientes sucesos de violencia de la pacifica y hermosa Ciudad de Monterrey.