Cerro del Obispado |
Por: Pablo Ramos
Cuando se reanudaron las hostilidades del segundo día de la Batalla de Monterrey el día 22 por la madrugada en el lado oeste de la ciudad, mas de 400 soldados y voluntarios Americanos ascendieron e intentaban tomar la cima del cerro del Obispado llamado anteriormente cerro de la Independencia, y cerca de las 3 de la Mañana casi al llegar a la cima fueron descubiertos por el heroico ejercito Mexicano comandados por el Coronel Francisco Berra y sus mas de 300 soldados mexicanos distribuidos entre el cerro de la Loma Larga llamado anteriormente de la Federación y el fortín del Obispado o de la Libertad
Hubo intercambio de disparos y cañonazos en el enfrentamiento habiendo varios muertos y heridos de ambos ejércitos, asimismo cuándo intentaron tomar el palacio del obispado, los mexicanos estaban dentro de la antigua capilla de la virgen de Guadalupe salieron en varias ocasiones al lado sur del edificio enfrentándose en varias ocasiones causando mas destrucción del edificio y bajas importantes en ambos ejércitos siendo tomado el fortín del obispado a las 14.00 hs.
Días después cuando se dieron los partes de guerra oficiales y las publicaciones en diversos periódicos americanos y mexicanos de los acontecimientos de este sangriento enfrentamiento se dieron los nombres de los caídos en ese día de la toma del obispado o la defensa del Obispado según el punto de vista.
Una de estas noticias es la reproducida en el periódico Americano EL PICAYUNE de Nueva Orleáns el 31 de Octubre de 1846 donde un testigo presencial el periodista de Guerra Kendall describe como fueron heridos de muerte los Ranger de Texas H.S. Thomas y el Capitán R.A. Guillespie y que al morir fueron enterrados en el cerro del Obispado llamándole el General Worth en su honor como Monte Guillespie lo siguiente se puede leer en la siguiente Nota periodística:
“Speaking of wounded comrades reminds me of poor Herman S. Thomas. He was one of the most daring fellows in McCulluch’s company, and had his horse wounded in the charge the enemy’s lancers made upon us on the morning of the 21st. On the following morning, while storming the battery on the height overlooking the Bishop’s Palace, he was mortally wounded, and after suffering incredibly died on the morning of the 24th. A musket ball shattered his hip joint, at the same time that the brave Capt. R. A. Gillespie was shot through, and the two are now quietly resting side by side on the height where they received their death wounds—Mount Gillespie, as it has been appropriately named by Gen. Worth. The friends of Thomas are among the most respectable in Maryland; he was in the same mess as myself, and it may afford his acquaintances some consolation to know that every attention was paid him, during his last hours, that circumstances would admit.”
En otra noticia en Monterrey del 16 de Enero de 1847 se describe como a las 4 semanas de terminada los enfrentamientos es decir a finales de Octubre al visitar las tumbas de estos americanos en el cerro del Obispado o “cerro de Guillespie” encontraron saqueadas las tumbas, los cadáveres fueron despojados de sus ropas e insignias dejándolos desnudos y vueltos a enterrar tapándoles con piedras lajas grandes, a continuación la carta narrando este suceso:
“ desecration of the graves of Capt. Gillespie and Young Thomas”
Capt. Gillespie and young Thomas. A Letter from Monterey says:
"In your paper of the 4 th ult. I saw a biographical sketch of Capt. Gillespie, and on showing it to an acquaintance, he informed me that about four weeks after the battle, he went to the graves of Capt.R.A. Gillespie and young Herman S. Thomas, and found that the bodies had been dug up by the Mexicans, and stripped of every vestige of clothing. The bones were reentered and the graves covered over with large flat rocks. --When it is generally known by these groveling wretches, that nothing but the bones of the heroes are left in the grave, their pilfering propensities will be left to sleep in their quiet but proud homes. "
De los muertos mexicanos que fueron enterrados también en el cerro del Obispado poco se sabe, hace varios años en trabajos de remodelación del Obispado la Arqueóloga Araceli Rivera Estrada recibió información de un hallazgo en la esquina suroeste (donde ocurrieron los enfrentamientos) de huesos los cuales aun estan pendientes de estudiar, quizás sean de estos heroicos mexicanos muertos el 22 de Septiembre de 1846.
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! VISITA MONTERREY! TIERRA DE HISTORIA Y TRADICION.
October 31, 1846 George Wilkins Kendall’s letter giving interesting details
The Picayune publishes a series of letters from Monterey from Mr. Kendall, from which we select the following items:--
Speaking of wounded comrades reminds me of poor Thomas. He was one of the most daring fellows in McCulluch’s company, and had his horse wounded in the charge the enemy’s lancers made upon us on the morning of the 21st. On the following morning, while storming the battery on the height overlooking the Bishop’s Palace, he was mortally wounded, and after suffering incredibly died on the morning of the 24th. A musket ball shattered his hip joint, at the same time that the brave Capt. Gillespie was shot through, and the two are now quietly resting side by side on the height where they received their death wounds—Mount Gillespie, as it has been appropriately named by Gen. Worth. The friends of Thomas are among the most respectable in Maryland; he was in the same mess as myself, and it may afford his acquaintances some consolation to know that every attention was paid him, during his last hours, that circumstances would admit.
Muy interesante, Pablo. Creo que para todos los regiomontanos, el obispado siempre tiene un encanto especial, la consideramos una joya histórica porque lo es. Su ubicación y arquitectura la hacen muy atractiva. Y cuántos datos aparecen día con día en torno a él. Gracias por compartir esta valiosa información y amor por la historia regiomontana especialmente la historia de la intervención americana. Saludos.
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