Por Pablo Ramos
Antes de iniciar los Trabajos del Paseo de Santa Lucia en su Primer Etapa, se entrevisto al Historiador e investigador de esta Batalla de Monterrey Ahmed Valtier el 23 de Septiembre de 1995 por el periodico EL NORTE , ahí pronosticaba que cuando se iniciaran los trabajos del paseo Santa Lucia en 1996,quizás se encontrara vestigios de esa Guerra, como osamentas, balas de cañón,etc, finalmente iniciaron los trabajos del paseo Santa Lucia en su Primera Etapa y afortunadamente aparecieron restos óseos mas de 4 cuerpos y material cultural como monedas, botones, herraduras, clavos etc,al realizar la introducción de cableado por la calle de Washington y Héroes del 47, este seria el inicio del rescate cientifico por parte del INAH Nuevo León de vestigios de guerra de la Batalla de Monterrey de 1846 es decir por mas de 149 años habían estado bajo tierra sin ser perturbados de su sagrado reposo bajo suelo regiomontano, ahi descansan los restos de combatientes de ambos ejercitos; 10 años después en el año 2006 al iniciarse nuevamente la segunda etapa del Paseo Santa Lucia, nuevamente se cuida de observar las excavaciones para ver si se encuentran hallazgos siendo positivo ya que se encuontraron diversas osamentas a unos metros de las de 1996 en Washington y Héroes del 47 siendo recuperadas por el INAH Nuevo León, aun están en estudio se piensa que son de combatientes Mexicanos.
En el año 2008 en un predio a unos metros de los primeros hallazgos en las mismas calles aparecen un enterramiento con características similares a las de 1986 y 2006, con material cultural y una osamenta muy deterioradas con vestigios metálicos,siendo recuperadas por el INAH Nuevo Leon, dándose a conocer en Mexico por el INAH Nacional para el mundo, apareciendo esta noticia en medios internacionales,ahora en el 2009 se esta a la espera de que investigadores expertos en campos de Batalla de Palo Alto en Texas, se sumen a las tareas de rescate por parte del INAH Estatal y rescaten si se encuentran mas osamentas del suelo regio ya que en ese antiguo campo de Batalla se pretende construir un estacionamiento.
A continuación noticia del pronostico de hallazgos de vestigios de Guerra en 1995 :
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Batalla de Monterrey: Aguardan sus vestigios bajo tierra
Por Juan Carlos Martínez
(23-Sep-1995).- EL NORTE
La continuación del proyecto Santa Lucía, que pretende darle una moderna cara a la Ciudad, podría desenterrar también su antiguo e histórico rostro con objetos y restos del pasado actualmente enterrados bajo el asfalto.
Balas de cañón, metralla, fusiles y probablemente hasta tumbas de soldados mexicanos muertos durante la guerra con Estados Unidos en 1846 podrían ser desenterrados y encontrados en las excavaciones y trabajos que se hagan en el proyecto que está por continuar, señaló el historiador Ahmed Valtier.
"El proyecto de Santa Lucía no sólo va a dar una nueva cara al área del centro de la Ciudad, sino también puede ayudar a desenterrar literalmente nuestra historia", comentó.
La segunda y tercera fases del proyecto pasará en buena parte por lo que antes era el Barrio de las Tenerías, donde se desarrollaron los más sangrientos combates del episodio de la guerra de invasión norteamericana en Monterrey, indicó.
La batalla se desarrolló en Monterrey del 21 al 24 de septiembre de 1846, en la que 6 mil soldados norteamericanos intentaron tomar por asalto Monterrey.
Uno de los combates más cruentos se desarrolló en el Fortín de las Tenerías, instalado en la zona alrededor de Washington y Héroes del 47, un cruce que estará a menos de media cuadra del paso del proyecto urbano.
"Según un testigo, cuando menos 30 soldados mexicanos fueron enterrados en el Fortín de las Tenerías, bajo una delgada capa de tierra", aseguró el historiador, que actualmente prepara una investigación sobre la invasión norteamericana en Monterrey.
LEVANTANDO HISTORIAS ................
Valtier recomendó que cuando se hagan las excavaciones debe estarse consciente de los descubrimientos que se pueden hacer, como restos mortales, municiones o balas de cañón, para que no pasen desapercibidos o que la gente se los lleve, dijo.
De hecho, el investigador recibió hace poco testimonios de que al cavar una zanja en la zona detrás del Museo de Historia Mexicana, se había encontrado restos de un puente de piedra, que probablemente sería el antiguo Puente de la Purísima.
El dato no pudo ser corroborado, agregó, pues cuando se presentó al lugar las máquinas habían continuado su trabajo y removido cualquier posible vestigio.
"Estamos justo en el momento de hacer una advertencia sobre la responsabilidad de excavar en un área que es un antiguo y olvidado campo de batalla, que ha sido absorbido por el crecimiento urbano", señaló.
"El que no exista ninguna placa conmemorativa o monumento, o el que no tenga una protección legal por parte del INAH, no desacredita los eventos históricos que ahí ocurrieron; más sorprendente sería que no encontraran ningún resto de la Batalla de Monterrey".
UN VISTAZO A LOS HECHOS .............
Cerca de 6 mil soldados norteamericanos llegaron en 1846 a Monterrey para tomarla por asalto. Establecieron su campamento en los bosques del Nogalar, en San Nicolás.
La mañana del 21 de septiembre, los del Primer Regimiento de Voluntarios de Tennessee y el de Rifleros de Mississipi comenzaron a marchar hacia el Barrio de Tenerías en la zona oriente del primer cuadro de Monterrey; en una acción militar de envolvimiento doble, otros regimientos entrarían a la Ciudad por el poniente, marchando por el Obispado y Loma Larga.
El camino entre San Nicolás y Monterrey en ese tiempo estaba lleno de maizales y rancherías. Un cañonazo certero lanzado desde la Ciudadela, ubicada en Tapia y Juárez, se llevó de encuentro a siete soldados de Tennessee.
El primero y más sangriento encuentro fue el del Fortín de las Tenerías, uno de los tantos fortines de tierra y piedra que los mexicanos levantaron por toda la Ciudad.
El fortín pudo ser tomado sólo después de tres ataques en los que estuvieron involucrados seis regimientos de Infantería, y cuando a los mexicanos se les acabaron las municiones; en ese tiempo las armas eran tan imprecisas que se necesitaban unas 50 rondas de mosquete para causar una baja.
Al concluir el día el ejercito norteamericano se retiró con 400 bajas entre muertos y heridos. Los cadáveres se quedaron expuestos dos o tres días esperando el cese al fuego, y luego fueron enterrados en el lugar en que cayeron, según la costumbre de la época.
Los norteamericanos tuvieron que construir un cementerio exclusivo en el Nogalar para su tercer regimiento.
El olor era tal debido a la cantidad de muertos que yacían sobre el terreno, que pocos eran los que podían permanecer sin vomitar, las mujeres que pasaban se tapaban con los rebozos para evitar la pestilencia.
Un historiador mexicano escribió en ese entonces: "Monterrey se ha convertido en un enorme cementerio.
FUENTE: El Norte.
Correo. revista@atisbo.net
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